Hola chicos, disculpad pero estuve algo liadillo y no había podido dedicar el tiempo que merece a relatar mi masaje del billar con Lluna.
Tras un día agitado, decidí que era el momento perfecto para buscar un poco de relajación. Había visto en su web el masaje del billar, así que me animé a concertar una c1ta.
Al llegar, me recibió una suave melodía que sonaba en su habitación de trabajo. El aire era fresco y fácil, impregnado de aromas florales. Lluna, con una sonrisa cálida, me condujo por su acogedora sala de estar, llena de luces tenues y decoraciones que evocaban un entorno de tranquilidad.
Bienvenido, dijo, su acento francés dándole un toque especial a cada palabra. Vamos a crear una experiencia inolvidable.
Me llevó al salón, donde la luz del sol brillaba de forma sutil a través de las cortinas. El lugar estaba diseñado para inducir la calma: velas encendidas parpadeaban suavemente y el mismo tipo de música llenaba el ambiente.
Lluna me explicó que el masaje que realizaría tenía un componente único, un elemento de juego que prometía hacer la experiencia más divertida y relajante. Para cada bola que metiera en uno de los huecos del billar, se eliminaría una prenda de mi cuerpo y viceversa, hasta que finalmente quedáramos completamente desnudos y preparados para el para el masaje que seguiría.
Con una risa contagiosa, comenzamos a jugar. Cada bola que caía en su lugar no solo contribuía a la diversión del juego, sino que también me hacía sentir más vulnerable y, al mismo tiempo, más libre. Cada prenda que caía al suelo se convirtió en un acto de liberación, un paso hacia el abandono de las tensiones del día a día y a su vez una sensación excitante.
Finalmente, una vez despojados de la ropa, Lluna se tumbó encima de la mesa del billar y me dijo que cogiese la bola blanca y rozase por cualquier parte de su cuerpo. Mientras sus manos se movían ágilmente por mi piel, el mundo exterior se desvaneció. Me sentí envuelto en una atmósfera de paz, donde solo existía el ahora, cada caricia de ella llenándome de una sensación de satisfacción indescriptible.
Lluna se levantó y me cogió de la mano llevándome por un pasillo largo, cada paso era una caricia o un beso diferente y cada beso era mas excitante si cabe.
Sutilmente me empujo contra el tatami y a medida que iba pasando el tiempo, la conexión entre nosotros se hizo palpable, cada movimiento suave y deliberado. La música, el roma del aceite, y la calma del ambiente se amalgamaban en una experiencia sensorial única.
Al final, cuando finalmente me dejé ir por completo, comprendí que no solo habia ido a buscar un masaje, si no que había descubierto un momento de conexión y autodescubrimiento. Lluna, con su exquisita habilidad, había transformado lo que podría haber sido un simple encuentro en una experiencia memorable y placentera.
El final no fue un final más, fue un final totalmente diferente a las veces que la había visitado en otras ocasiones.
Al salir, el sol ya se había puesto, y la noche brillaba en un cielo estrellado. Me sentí ligero, renovado, con una sonrisa en el rostro que reflejaba la calidez de aquella experiencia única.
Espero que esta narración sea de vuestro agrado, es una manera diferente de contar una c1ta, con algo mas de tacto y delicadeza. Se que hay veces que sale nuestra bestia interior y solo queremos follar... es una manera diferente de contarlo y tratar de trasladaros a ese momento. Si lo he conseguido, perfecto!