S
seven
Guest
Como el tiempo libre escasea, me ha costado un par de semanas catar a esta mujer. La espera ha merecido la pena. Y este piso de lumis esta cogiendo un nivel destacable calidad-precio.
Entré, me recibió la madame mientras Alicia se preparaba, ya que parece que es de las que tienen mucha clientela. Eso me desanimó un poco. La espera amuerma. Y uno prefiere material fresco, pero el bolsillo no da para tanto últimamente. La experiencia previa con Vanesa fue muy buena, pero le tenía ganas a Alicia y prefería no variar de objetivo.
Cuando entró, le noté la cara cansada, aunque ella esbozó una sonrisa. Calzada en unas cuñas altísimas, todavía se estilizaba más y prometía unas curvas interesantes. Se quedó algo parada al principio, pero se adivinaban unas tetitas muy esrtrujables y quizá una experiencia distinta... Se acercó, me rodeó con los brazos el cuello y me pidió disculpas por el retraso -apenas 10 minutos-. Un beso y me cogió de las manos, me las puso en su cintura y me desabrochó el pantalón. Se arrodilló y pasándome las uñas por las piernas me ayudó a quedarme con lo justo. Me dejé hacer, aunque suelo ser yo el que lleve la iniciativa. Me quitó la camisa botón a botón mientras le apretaba el trasero. Pequeño, no muy duro, pero de tacto agradable.
Vestido sólo con los shorts, me sorprendí a mi mismo con el mástil ya duro. Me cogió de la mano y salimos al pasillo... unos pasos y entramos en el micro baño. Limpieza de rigor y vuelta al cuarto. Cuando cerró la puerta, Se quitó el vestido y supe que la espera había merecido la pena. No pude resistirme más. Le cogí las tetas y disfruté de sus pezones. Le di la vuelta y allí de pie empecé a masajearle el pubis mientras le recorría el cuello y los hombros. Olía bien. Me apretó el culo con una mano y se me puso de acero. Se dió la vuelta, se sentó y me la chupó con ganas. Al principio rápido y luego lento, deteniéndose en la punta. No estaba mal, pero como estaba a punto y no había horadado ningún agujero aún, pedí enfundada, opté por tumbarla y descargar dentro con sus largas piernas rodeándome la cintura.
Fue un asalto corto. Se incorporó, me limpió y sin preguntarle nada. Volvió a chupármela. Me costó recuperar tan pronto pero conseguí empalmar otra vez y me dejé llevar hasta descargar en sus pechos. Golpecitos en la puerta. Paseillo al baño. Y un beso de despedida. No me extraña que tenga tanto trabajo.
Entré, me recibió la madame mientras Alicia se preparaba, ya que parece que es de las que tienen mucha clientela. Eso me desanimó un poco. La espera amuerma. Y uno prefiere material fresco, pero el bolsillo no da para tanto últimamente. La experiencia previa con Vanesa fue muy buena, pero le tenía ganas a Alicia y prefería no variar de objetivo.
Cuando entró, le noté la cara cansada, aunque ella esbozó una sonrisa. Calzada en unas cuñas altísimas, todavía se estilizaba más y prometía unas curvas interesantes. Se quedó algo parada al principio, pero se adivinaban unas tetitas muy esrtrujables y quizá una experiencia distinta... Se acercó, me rodeó con los brazos el cuello y me pidió disculpas por el retraso -apenas 10 minutos-. Un beso y me cogió de las manos, me las puso en su cintura y me desabrochó el pantalón. Se arrodilló y pasándome las uñas por las piernas me ayudó a quedarme con lo justo. Me dejé hacer, aunque suelo ser yo el que lleve la iniciativa. Me quitó la camisa botón a botón mientras le apretaba el trasero. Pequeño, no muy duro, pero de tacto agradable.
Vestido sólo con los shorts, me sorprendí a mi mismo con el mástil ya duro. Me cogió de la mano y salimos al pasillo... unos pasos y entramos en el micro baño. Limpieza de rigor y vuelta al cuarto. Cuando cerró la puerta, Se quitó el vestido y supe que la espera había merecido la pena. No pude resistirme más. Le cogí las tetas y disfruté de sus pezones. Le di la vuelta y allí de pie empecé a masajearle el pubis mientras le recorría el cuello y los hombros. Olía bien. Me apretó el culo con una mano y se me puso de acero. Se dió la vuelta, se sentó y me la chupó con ganas. Al principio rápido y luego lento, deteniéndose en la punta. No estaba mal, pero como estaba a punto y no había horadado ningún agujero aún, pedí enfundada, opté por tumbarla y descargar dentro con sus largas piernas rodeándome la cintura.
Fue un asalto corto. Se incorporó, me limpió y sin preguntarle nada. Volvió a chupármela. Me costó recuperar tan pronto pero conseguí empalmar otra vez y me dejé llevar hasta descargar en sus pechos. Golpecitos en la puerta. Paseillo al baño. Y un beso de despedida. No me extraña que tenga tanto trabajo.



