- Registrado
- 27 Oct 2018
- Mensajes
- 68
- Puntos
- 118
- Edad
- 46
Un indi con el que, francamente, he disfrutado. Me esperaba una cosa y me he encontrado con otra que me ha gustado mucho.
Aquí te pillo, aquí te mato. El contacto via Whastapp fue immediato. Había leído alguna experiencia sobre ella en Madrid. Opiniones con luces y sombras, pero me alegro de haber confiado en las primeras.
Me recibe en ropa interior roja. Despampanante. Las ojos y la rápida fluidez en la conversación denotan que nos gustamos. Me ofrece ducha y le pido que me acompañe. No hay ningún toqueteo bajo el agua. Sólo miradas. Yo me fijo, sobretodo, en sus tetas y ella en mi polla. Colutorio y a la habitación. Recostado en la cama se me pone encima, me besa suavemente y le digo que ella manda, lo cual se toma al pie de la letra. Me da un buen masaje descontracturante (primera sorpresa, no lo esperaba) boca abajo. No se deja ninguna parte del cuerpo sin tocar con buena técnica. Al cabo de unos 15 minutos, pasa al masaje más erótico. Sigo boca abajo, besos húmedos por todo el cuerpo y manos sobre el perineo (segunda sorpresa). Cuando me pide que me dé la vuelta, busca mis labios y se recrea en ellos con sensualidad y morbo, mientras masajea mi pene sin estridencias. Me pone cardíaco todo lo que hace y lo que insinua. De nuevo baja al perineo y como ve que me gusta, sigue con besos en la zona y en todo el pene, testículos, etc... Llega el momento en que me enfunda con su boca y, a partir de ahí, se tira un rato muuuuuuy largo con un francés de nota, garganta profunda y repaso íntegro, incluída la estimulación prostática (tercerea sorpresa). Cuando finalmente hace el gesto de cabalgarme, le pido primero comerle el coño. Accede. Está muy húmeda. Se masturba con ganas el clítorís, acepta algun dedo, se masajea la vagina con mi pene cuando me incorporo a comerle las tetas. Besos sin parar, siempre sensuales. De menos a más. La penetro en misionero, se acelera y yo más aún, hasta que me corro como un bendito mientras me susurra al oído no se qué frase, "sí, córrete todo dentro de mi", o algo por el estilo. Una guarrería dicha con clase. Uff. Me quita el condón, me limpia cuidadosamente y me dice que a la próxima haremos más posturas. De hecho, me anuncia que le gusta un poco de caña a 4 y que le den cachetes en el culo. Es lista, sin habérselo dicho aún ya sabe que repetiré. Nueva duchita juntos y a casa bien saciado.
- Nombre: Ainhoa (632741019)
- Nacionalidad: Argentina
- Edad: Dice que 28, aunque creo que pasa ya los 30 pero no llega a los 35.
- Direccion : Av. Francia
- Valoracion de las Instalaciones: Buenas
- Precio del servicio y duración: 60 1/2 hora ; 100 1 hora
- Fecha del encuentro (aproximadamente) : Esta semana
- Valoracion Cara,cuerpo, tetas: Cuerpo robusto (no gordo), con buenas tetas naturales, pequeños pezones, labios carnosos, cara más que agradable y vagina depilada.
- Actitud: Muy agradable y comunicativa.
- Besos: Sí, con lengua. No devora, pero deliciosos.
- Fuma: Ni idea. Diría que no.
- Francés: Con goma, sí, pero realmente bueno. Garganta profunda a tutiplén.
- Griego: No
- Folleteo: De menos a más. Un gustazo.
- Lo mejor: Su morbosa sensualidad.
- Lo peor: No sabría qué decir.
- La recomiendas?: Sí
- Valoración de la experiencia (de 0 a 10): 9
Aquí te pillo, aquí te mato. El contacto via Whastapp fue immediato. Había leído alguna experiencia sobre ella en Madrid. Opiniones con luces y sombras, pero me alegro de haber confiado en las primeras.
Me recibe en ropa interior roja. Despampanante. Las ojos y la rápida fluidez en la conversación denotan que nos gustamos. Me ofrece ducha y le pido que me acompañe. No hay ningún toqueteo bajo el agua. Sólo miradas. Yo me fijo, sobretodo, en sus tetas y ella en mi polla. Colutorio y a la habitación. Recostado en la cama se me pone encima, me besa suavemente y le digo que ella manda, lo cual se toma al pie de la letra. Me da un buen masaje descontracturante (primera sorpresa, no lo esperaba) boca abajo. No se deja ninguna parte del cuerpo sin tocar con buena técnica. Al cabo de unos 15 minutos, pasa al masaje más erótico. Sigo boca abajo, besos húmedos por todo el cuerpo y manos sobre el perineo (segunda sorpresa). Cuando me pide que me dé la vuelta, busca mis labios y se recrea en ellos con sensualidad y morbo, mientras masajea mi pene sin estridencias. Me pone cardíaco todo lo que hace y lo que insinua. De nuevo baja al perineo y como ve que me gusta, sigue con besos en la zona y en todo el pene, testículos, etc... Llega el momento en que me enfunda con su boca y, a partir de ahí, se tira un rato muuuuuuy largo con un francés de nota, garganta profunda y repaso íntegro, incluída la estimulación prostática (tercerea sorpresa). Cuando finalmente hace el gesto de cabalgarme, le pido primero comerle el coño. Accede. Está muy húmeda. Se masturba con ganas el clítorís, acepta algun dedo, se masajea la vagina con mi pene cuando me incorporo a comerle las tetas. Besos sin parar, siempre sensuales. De menos a más. La penetro en misionero, se acelera y yo más aún, hasta que me corro como un bendito mientras me susurra al oído no se qué frase, "sí, córrete todo dentro de mi", o algo por el estilo. Una guarrería dicha con clase. Uff. Me quita el condón, me limpia cuidadosamente y me dice que a la próxima haremos más posturas. De hecho, me anuncia que le gusta un poco de caña a 4 y que le den cachetes en el culo. Es lista, sin habérselo dicho aún ya sabe que repetiré. Nueva duchita juntos y a casa bien saciado.
Última edición: